Recubrimientos PVD especializados
La deposición física de vapor (PVD) describe una variedad de métodos de deposición al vacío que se pueden utilizar para producir recubrimientos finos. El PVD se utiliza normalmente para recubrir componentes a temperaturas de recubrimiento relativamente bajas de 200-500 °C. Estas temperaturas son ideales porque están por debajo de la temperatura de temple de los aceros para evitar alterar las propiedades fundamentales del material.
Afortunadamente, hay varios recubrimientos a base de carbono disponibles que proporcionan una combinación única de dureza superficial extrema, bajo coeficiente de fricción y propiedades anticorrosivas como las proporcionadas por el proveedor global de recubrimientos Oerlikon Balzers.
Según el Dr. Florian Rovere, Director del Segmento de Mercado de Componentes de Ingeniería General de Oerlikon Balzers, el recubrimiento BALINIT® C de la empresa es un recubrimiento de carbono de carburo dúctil WC/C que es muy resistente al desgaste adhesivo (rozaduras) en particular. Tiene una alta capacidad de carga incluso en condiciones de lubricación deficiente o contacto seco. Debido a su bajo coeficiente de fricción, actúa para reducir la corrosión por picaduras y fricción.
Otro ejemplo es el recubrimiento BALINIT® DLC, un recubrimiento a base de carbono sin metal que es aún más duradero. Aplicado a través de la deposición química de vapor asistida por plasma (PACVD), este recubrimiento está diseñado para condiciones de desgaste más severas y altas velocidades de deslizamiento relativas para proteger contra la abrasión, el rayado y la soldadura en frío.
Estos y otros recubrimientos de la familia BALINIT® que se adaptan a requisitos específicos se pueden aplicar a una variedad de aceros cementados o templados, acero inoxidable austenítico, así como aleaciones de níquel, titanio, cobre, magnesio y aluminio.
"Estos materiales proporcionan una excelente combinación de bajo coeficiente de fricción como el PTFE, pero con la dureza de una cerámica", explica Rovere.
Los recubrimientos también tienen la ventaja de ser delgados, generalmente de 0,5 a 5 μm. Esta característica, junto con tolerancias estrechas, significa que el componente conserva su forma, ajuste y dimensiones después del recubrimiento sin necesidad de volver a mecanizar.